Somos lo que decidimos

Una milésima de segundo es suficiente para cambiarlo todo, a bien o a mal… El tiempo es relativo, interminable cuando se sufre miedo o ansiedad, brevísimo cuando se disfruta dulcemente, pero esa milésima de segundo puede decidirlo todo.

Miras, convives, compartes, observas, ríes y lloras con tanta gente… hablas e interaccionas con ellas y de pronto, después de toda una vida (no importa de cuantos días, semanas, meses o años hablemos… todo esos conjuntos son vidas autónomas), basta una milésima de segundo para saber, para tomar conciencia de cuanto la adoras o cuanto puedes llegar a despreciarla… de cuanto la necesitas o de cuan prescindible es.

Somos viscerales, aunque a algunos la racionalidad nos invada continuamente, y es esa pasión, ese instante irracional, el que nos hace decidir… Quizás no sea justo, pero siempre cabe que no llegue a producirse ese flash que trastoca todo y la vida fluya con la normalidad que venia arrastrando o puede, que afortunada o desafortunadamente, esa chispa se desate y cambie el curso de nuestras tranquilas existencias… Mejor ese rayito de luz a tiempo que no dejarse arrastrar por la cotidianidad… Cuantas personas dejamos en el camino y cuantas otras habrán de llegar…

Sería estupendo ser libres y elegir en esa y con esa libertad quienes nos merecen la pena tener en nuestras vidas, yo ya estoy en camino de conseguirlo… espero merecer también estar en tu vida.

Somos lo que decidimos.