16.11.07

El cambio se acerca ruidosamente



En ocasiones, por razones absurdas entramos en un perpetua desesperación, no hay razón ni motivo, solo se enciende una chispa que encuentra y recorre incansable el rastro de pólvora que termina por topar, como no podía ser menos, con el estomago repleto de explosivo del temible barril que al final del hilo incandescente nos espera tranquilo… y ese encuentro, con su ruido ensordecedor nos envuelve por un instante. Perdemos la noción de todo, solo vemos la desesperación que nos provoca esa situación absurda: tres elementos conectados, por separado no hacen nada, pero juntos, detonan y nos derrumban los pilares de nuestra ansiada y trabajada rutina.
La desesperación en realidad la provoca el cambio de esa rutina, y es desesperación porque el cambio no es agradable, nos enseña dientes y garras y nos hace plantearnos por qué confiamos antes y que motivaciones tendremos que inventar para afrontar el día a día de forma inocua e inalterable.
Lo extraordinario de esa detonación y de esa desesperación es que vienen a durar casi el mismo tiempo, solo queda, después del humo, la reverberación del estruendo, el sonido aletargado de aquella inútil desesperación.
Los cambios a veces irrumpen sonoramente, para hacer notar que ha llegado y que empieza una nueva etapa.
A veces solo tenemos que agudizar el oído un poco y lo intuimos llegar… el cambio se acerca.

7 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Deber�amos tener m�s sabidur�a mental y predecir los cambios que se avecinan en funci�n de nuestras variaciones corp�reas.
Supongo que los cambios se producen por una gestaci�n interna previa o bien por puro azar.

Raquel Barbieri dijo...

Me encantó este texto, y el tema de los cambios, lo de agudizar el oído para detectar esos elementos que por separado no hacen nada pero que juntos hacen estallar muchas estructuras que ya teníamos armadas, etc.

A mí me pasa que cuando algo cambia o está por cambiar en mi vida, empiezo a sentirlo a nivel físico. Tengo nuevas sensaciones, como un cosquilleo, vértigo en el estómago... Debe ser una mezcla de miedo con excitación, algo que me saca de la inercia en la que podría caer si todo permaneciera inmutable.

Me encanta que exista este medio para poder pensar junto con gente que de otro modo, no habría conocido nunca. Ayer mismo, me encontré por segunda vez con una amiga que conocí por medio de los blogs y es increíble cuánto camino adelantado tenemos porque nos primero nos leímos.

Pecas... Que pases buen domingo,
Hoy en Buenos Aires, hace un calor de aquéllos.
:)

La Pecas dijo...

Raquel: Que identificada me siento contigo y con tu reflexion, con el vertigo en el estomago, con el cosquilleo, con la excitacion del cambio que se avecina, mezcla de miedo e incertidumbre.
Este es un buen medio de comunicacion y me gusto encontrarte en él.
En Granada ya comienza el frio, las primeras nevadas estan por caer... Besos

La Pecas dijo...

Carlos: cualquier medio es bueno para predecir los cambios, a veces no es facil, en otras la unica posibilidad y salida es precisamente el cambio. Saludos Carlos...

Agus Acosta dijo...

Que decir cuando te veo en una nuevo cambio y nueva etapa, mucha suerte querida amiga. Siempre te veo crecer y me llena de luz.

La Pecas dijo...

Gracias Agus, siempre tan animoso y positivo... ciertamente espero al menos no salir muy escaldada en el comienzo del cambio...lo enfrentare con ahinco y al final, como bien dices, saldre airosa.
Muchos besos

Minombresabeahierba dijo...

Creo que la perpetua deseperacion es el perpetuo panico al cambio y/o suponer que ese cambio es destructivo. y ahi quedamos paralizados en la deseperacion de lo imposible de enfrentar. calidos saludos